Los Reyes Magos y Papá Noel reparten ilusión por donde van.
No será un hecho científico, pero es la realidad.
Los niños les escriben cartas con todo su cariño para pedirles los regalos que quieren, y si tienen la suerte de verlos, les cuentan lo que quieren recibir como regalo mejor que como se lo contarían a un padre porque para ellos es un momento único. Todos los miran con felicidad y admiran porque esperan sus regalos y su magia.
Van a recibir a los Reyes Magos en las cabalgatas para estar cerca de ellos, ver toda su magia, coger sus caramelos. Y cuando los Reyes Magos vienen en la noche de reyes o cuando Papá Noel viene en la noche de nochebuena, la inquietud les hace dormir con un ojo abierto, si es que el sueño les deja, intentando sorprenderlos cuando a sus casas lleguen para repartirles un poco de felicidad, y así intentar conocerles.
La navidad es magia y los niños lo saben.
Sin embargo, no sólo ellos lo saben porque cuando ya no eres un niño, tú mismo echas en falta esa magia e ilusión, que a veces inevitablemente perdemos al crecer, y al tenerlos cerca, llenos de ilusión y felicidad, ellos nos transmiten ambas, y no sólo eso, si no también un pedacito de magia que nos hace ser más niños de lo que creíamos ser.
Porque la Navidad no sólo es comida y turrón, también es familia, magia e ilusión.
PD: Espero que tanto Papá Noel como los Reyes Magos de Oriente se hayan portado bien con vosotros =) y que durante estos días hayáis tenido tiempo para la familia, para el descanso, para el trabajo y para todo.
En La magia de las palabras despedimos la Navidad y también las entradas navideñas por este año, aunque me hubiera gustado publicar más, pero no haya podido por ocupaciones. Sin duda, espero regresar con más en la próxima Navidad.